El Triunfo del Barroco

El Triunfo del Barroco
Diego Lanzarini, Camilo Reyes, Octavio Tenorio, Gerardo Caviedes, Miguel Hervias, Marcelo Ubilla, Simón González, Moisés Antonio Bittner, Andrea Oyarzún, Carlo García, Rolando Belmont, Ilse Simpfeldorfer

viernes, 9 de enero de 2009

DIABOLUS IN MVSICA


Según la tradición, “el Diablo tiene las mejores músicas”. Cualquiera que sea el nombre que lleve o la forma que adopte, el Diablo ha explotado o apreciado siempre el poder de la música, tanto para su propio placer como a modo de instrumento de seducción y dominio de las almas. Para no perdernos enseguida en los tenebrosos laberintos de la demonología, podemos llamar simplemente “Diablo” a todo cuanto sirve al Mal: Satanás, “el Adversario”, “el Padre de la mentira”, “la Serpiente antigua”; Lucifer, el más hermoso de los ángeles, el cabecilla de la rebelión, arrojado al abismo infernal por el arcángel Miguel; Belcebú, príncipe de los demonios; Astarot, gran duque del Averno; Mefistófeles, uno de los señores más importantes del Infierno; Belial, demonio cuya apariencia seductora esconde su horrenda naturaleza; y una infinidad de demonios y monstuos, brujas y brujos.

Sin embargo, las informaciones de que disponemos sobre la música del Diablo están lejos de coincidir. Para algunos, se trata de un “estruendo diabólico”, efectos cacofónicos ideados para aterrorizar a las desdichadas víctimas en el abismo del Infierno. En la introducción a un tratado escrito en 1619, Michael Praetorius nos da una descripción precisa:

Esa triste y aterradora música de los dolorosos gritos del coro incandescente del Infierno, que relincha y aúlla, maulla y grazna con el rechinar de dientes.

1 comentario: